Ayer declaró uno de los 11 imputados por la muerte de Rosalva Gómez, crimen ocurrido en agosto del año pasado, se trata de L.R.P., alias «Camaro», quien primero pidió perdón por los daños causados, luego confirmó que la organización se dedicaba al tráfico de drogas, que uno de sus miembros (apodado El Menor) se dedicaba al sicariato y que tomó conocimiento de que habían ejecutado otros asesinatos más.
Camaro contó que conoció a los miembros de la banda cuando trabajaba como soldador, realizando unos trabajos en el sector de la toma «Latinos Unidos» (Alto Hospicio), pero que luego el jefe de la organización, apodado el «Zapatón», le ofreció ganar dinero trasladando droga, ya que como era de tez blanca se le iba a hacer más fácil evadir los controles.
«Hice como cuatro viajes y después les dije que no continuaría, pero me dijeron que tenía que seguir porque sabía mucho y conocía a mucha gente, y que pensara en mi familia. Quedé atrapado, yo sabía que sus amenazas eran efectivas», afirmó.
Agregó que el día que atraparon al «Pollo», un ciudadano colombiano a quien buscaban para matarlo porque les entregó 9.800 dólares falsos a cambio de 5 kilos de droga, estaba con su polola (Rosalva Gómez) y los vio a ambos al interior del local Burger King, en Alto Hospicio, amarrados de pies y manos.
«Vi que se llevaron al Pollo en un auto a otro lugar y después escuché que el «Menor» (el acusado J.L.M.) lo había asesinado de dos puñaladas en el cuello».
El imputado dijo temer por su vida, «ellos harán lo imposible por asesinarme aquí o en Colombia», aseveró.
Finalmente, confirmó que trasladó al «Menor» y a otro sujeto hasta el sector del zigzag, donde el primero se bajó con un arma y al volver al vehículo, dijo que «la hembra ya estaba muerta hace rato».
4 viajes había realizado L.R.P. cuando quiso retirarse del negocio, pero no se lo permitieron.