Mejorar los procesos y realizar operativos conjuntos contra el contrabando fueron algunos de los compromisos alcanzados en una reunión de los servicios fiscalizadores que operan en el complejo fronterizo integrado de Colchane-Pisiga, en la Primera Región. La actividad fue encabezada por representantes de las Aduanas de Chile y Bolivia bajo la coordinación del gobernador de la provincia del Tamarugal, Rubén Moraga.
La jornada reunió a 25 representantes de los servicios aduaneros y migratorios de ambos países, así como también a representantes de las policías, Serviocio Agrícola y Ganadero (Sag) y administradores de los complejos. Todos concordaron en la existencia de un considerable incremento en el flujo de pasajeros y carga por Colchane y Pisiga, razón que los motivó a generar nuevas estrategias para ofrecer una mejor atención en el contexto de una gestión integrada de fronteras.
Durante la instancia, el director regional de la Aduana de Iquique, Ricardo Aceituno, explicó la nueva normativa chilena que tipifica el contrabando de exportación y aclaró los alcances que tienen los documentos conocidos como Solicitud de Registro y Factura (SRF), los cuales son un instrumento que regula la salida de mercancía desde la Zona Franca a la Zona Franca de Extensión.
Del mismo modo, los aduaneros chilenos y bolivianos analizaron los tiempos de permanencia de los vehículos de ambos países en territorio vecino, concordando que el plazo vigente es de 180 días. Por lo mismo, se revisarán las bases de datos para establecer la existencia de eventuales faltantes o móviles que no hayan regresado a su país de origen.
En tanto, los servicios migratorios analizaron el flujo de pasajeros y establecieron la necesidad de aumentar las dotaciones e infraestructura, lo cual será elevado a las respectivas instancias centrales de cada país. Como medida a corto plazo, se desarrollará un ejercicio de segregación con vías exclusivas para camiones, buses y autos por separado.
El gobernador del Tamarugal, Rubén Moraga, destacó la instancia de diálogo y la búsqueda de soluciones en favor de mejorar la fiscalización y la calidad de atención en frontera. “Bolivia pavimentó sus últimos 20 kilómetros de este corredor bioceánico y la ruta se ha tornado muy atractiva para turistas y transportistas, por lo tanto, hay que gestionar un trabajo colaborativo en favor de los usuarios de este complejo fronterizo y la reunión fue muy positiva”.
Similares conceptos entregó el Gerente Regional de la Aduana de Oruro, Oscar Arancibia, quien realizó una positiva evaluación de la jornada debido a que «los servicios que ejercen control en la frontera de Chile y Bolivia analizamos cómo se puede mejorar y optimizar el servicio que entregamos a los usuarios en el complejo integrado, debido a que ha habido un aumento en el flujo de vehículos y turistas. Ello hace que veamos la mejor forma de brindar un servicio adecuado y óptimo”.
El complejo fronterizo de Colchane está a 3.690 metros sobre el nivel del mar y es integrado o de doble cabecera, vale decir, en el lado chileno se registran todos los ingresos y ello considera el trabajo de migraciones, aduanas y servicios contralores de ambos países, mientras que lo propio se realiza en el lado boliviano cuyas dependencias se llaman Pisiga.
El paso fronterizo es clave para el comercio entre la Zona Franca de Iquique y Bolivia, además de formar pieza clave del corredor bioceánico central. El año pasado ingresaron 360.471 pasajeros y 326.688 salieron por Colchane, mientras que la carga ingresada subió en 72% y la salida en 21% en comparación al 2015. En cuanto a la cantidad de vehículos también hubo un alza y el 2016 ingresaron 38.111 y salieron 39.522, lo que significa alzas de 9% y 17%, respectivamente.