Siguiendo los pasos de Adam McKay, el director Peter Farrelly se aleja de las comedias sexuales de humor adolescentes para aventurarse en un terreno ligeramente distinto con GREEN BOOK: UNA AMISTAD SIN FRONTERAS y logra un éxito que no ha estado exento de polémicas.
Esta es la historia de Tony, un padre de familia italoamericano de clase media en los Estados Unidos del 1960, bruto, racista, medianamente ignorante pero de buen corazón, y de como nace una inesperada amistad con el Dr. Don Shirley, un exitoso pianista de color y de clase alta que, a pesar de su talento y sus logros, no puede escapar de los prejuicios y la discriminación racista del país y la época en que viven, durante una gira musical por el sur del país en donde Tony será el chofer y asistente personal del Dr. Shirley.
Lo mas importante en películas como esta es la química entre los protagonistas y de verdad que después de ver Green Book, no me molestaría si Mortensen y Ali protagonizaran algún remake bizarro de Arma Mortal o Miami Vice; es un deleite verlos a ambos en dinámicos niveles y tonalidades a través de la concepción de su amistad, y el toque de buddy comedy con la que Farrelly guía el relato, hace la película mas entrañable aún y creo que es importante para los tiempos que vivimos en nuestro país en que los problemas de racismo existen pero no a los niveles de los que aún se recupera EE.UU.
Me pregunto que opinarán los gringos respecto de este enfoque liviano con el que se enfrenta este delicado e histórico tema para ellos.
Farrelly se propone ridiculizar el racismo exponiendo constantemente lo absurdo del concepto pero sin caer en contradicciones como hizo en Shallow Hal; y su tesis es que el remedio para curar el racismo es conocernos, comprendernos y aceptarnos. Es un punto de vista bastante simplista para una película que compite por el premio a Mejor Película en los Oscars con BlacKkKlansman, de Spike Lee.
Han habido criticas hacia la película acusando al personaje de Mahershala Ali de «Magic Negro Friend», un template de personaje de ficción en que un personaje oprimido pero con sabiduría y paciencia, le enseña al blanco bruto e ignorante a ser mejor persona. Puede que exista esta lectura pero, Green Book no es la historia de dos personajes, es la historia de Tony. Es su arco. Tampoco quiero decir que el Dr. Shelley no lo tenga, solo que no sucede en paralelo con el de Tony.
Esta película es deliciosa en el sentido en que es una historia esperanzadora, contiene un buen (aunque meloso) mensaje, las actuaciones de todos están muy correctas y las risas abundan a través de todo el film. A pesar de ser una película de Peter Farrelly, no hay chistes escatológicos, vale la pena aclarar.
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