Transportista llevaba las especies desde Arica a Santiago. Fue sorprendido en la avanzada de Quillagua
Doce aves exóticas fueron rescatadas por fiscalizadores del Servicio Nacional de Aduanas en la avanzada de Quillagua, 272 kilómetros al sureste de Iquique. Las especies están protegidas por la Convención sobre Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (Cites).
El procedimiento se registró a las 5 de la madrugada cuando un aduanero revisó un camión con verduras procedente de Arica con destino a Santiago. Tras inspeccionar la carga, el fiscalizador se dirigió a la cabina y el chofer argumentó que no podía ingresar porque su copiloto estaba durmiendo. Tal situación hizo prever al fiscalizador que algo no estaba bien y revisó toda la estructura, hallando una caja oculta debajo la litera.
Al interior de la caja habían 12 aves, entre las que figuraban cuatro guacamayos verde amarillo Ara Ararauna, dos loros habladores Amazona Aestiva, un guacamayo rojo Ara Cloroptera, un loro harinoso del amazonas Amazona Farinosa y cuatro cardinales Rey del Bosque Pheucticus aureoventris.
El chofer y su acompañante indicaron que las aves habían sido compradas formalmente y exhibieron un papel que supuestamente era del Sag. Sin embargo, al analizar el documento éste carecía de firma, timbre y ubicaba a las especies como adquiridas en Santiago.
Debido a lo irregular de la situación y el riesgo que corrían las especies al estar confinadas en una caja, los aduaneros rescataron e incautaron las aves. Asimismo, acusaron al chofer por el delito de contrabando y por infracción al artículo 11 de la Ley 20.962 que castiga el contrabando de especies amparadas en el convenio Cites. El infractor quedó apercibido y las especies fueron entregadas al Servicio Agrícola y Ganadero para su cuidado y custodia.
Las 12 aves tiene un valor aduanero que supera los US$11.000 y el chofer arriesga penas de cárcel y multas superiores a los $9 millones.
El Director Regional de la Aduana de Iquique, Ricardo Aceituno, destacó el trabajo desarrollado y el cuidado que tienen los funcionarios para velar por las especies amparadas por Cites. “Los loros y guacamayos estaban hacinados en una caja de cartón de 60 centímetros de largo por 40 de ancho. Se les veía muy débiles e incluso no emitían ruido alguno, por lo tanto creemos que quizás fueron dopados para este tipo de ocultamiento. Es un hecho lamentable porque se trata de especies de la selva que son ingresadas por pasos no habilitados y sometidas a mucho stress”.
Al ser entrevistado por los aduaneros, el chofer argumentó que debía llevar las aves hasta Santiago y que lo hacía como un favor a un familiar. En el comercio informal un guacamayo puede superar el millón de pesos.