Una buena película de terror nunca se trata del terror; Pesadilla e It se tratan sobre las angustias adolescentes, El Resplandor es sobre la soledad y la locura, El Bebé de Rosemary sobre los miedos a la maternidad. El cine de horror explora nuestros miedos más básicos y ocultos, expresándolo a través de historias fantásticas y explícitas.
La tercera película del director John Krasinski lo aleja totalmente de su zona de confort y lo lleva hasta un terreno desconocido para él: el terror. Krasinski sale airoso porque en su mente, él no está haciendo una película de terror ni ninguna otra película de género. Él está contando una historia.
Un Lugar En Silencio trata sobre una familia que debe sobrevivir en completo silencio después de que unos monstruos intolerantes al sonido invadieron el planeta destruyendo todo lo que cause ruido. Los padres darán todo por proteger a sus hijos y enseñarles a sobrevivir en esta adversa realidad.
Desde el principio, la película le exige al espectador completo compromiso. Le obliga a guardar silencio, a concentrarse, a poner atención. Esto, junto a las increíbles actuaciones de sus protagonistas y al detallado guión de Bryan Woods y Scott Beck, lo lleva a invertir emociones en el film; otra de las claves del cine de horror. La maestría con la que el director y protagonista del film maneja y distribuye los elementos que formarán parte importante de la historia demuestran el trasfondo de lo que se nos está contando. En el fondo, Un Lugar en Silencio se trata de las angustias de ser padre, del miedo a sufrir, de dar la vida por ellos. La cinta se mete en tu corazón a un nivel tan primordial que hasta ayuda a perdonarle los errores narrativos que pudiera. No importa si estos monstruos son extraterrestres o mutaciones de algún laboratorio científico porque la película no se trata de monstruos, se trata de amor y sacrificio.
Sin embargo, la película no deja de ser aterradora en ningún momento. Desde el primer cuadro, el film te agarra y no te deja respirar con pequeñas excepciones hasta el momento del clímax del que no diré nada porque es las mejores cosas que tiene este maravilloso film. Por supuesto que Un Lugar en Silencio no es perfecta; hay muchos hoyos en el guión y abusa de los jump scares (¿Algo que decir, al respecto Michael Bay?) que, por lo menos, están totalmente justificados.
En definitiva, Un Lugar en Silencio se convertirá en un nuevo clásico del terror que será discutido y disfrutado después de muchos años. Demuestra manejo cinematográfico por parte de Krasinski, las actuaciones están perfectas, sobre todo los niños Noah Jupe y Millicent Simmons. Es una experiencia sensorial impresionante que DEBE ser disfrutada en una sala de cine llena y en silencio.
Un Lugar En Silencio se sigue exhibiendo en Cinemark Iquique. Revisen los horarios y reserven sus entradas aquí.
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