El avión de la aerolínea boliviana Lamia no tenía suficiente combustible, iba con sobrepeso de más de 500 kilogramos y volaba a una altura superior a la autorizada.
Son los hallazgos preliminares que Aeronáutica Civil de Colombia (Aerocivil) reveló este lunes después del análisis de las dos cajas negras del avión que se estrelló en Cerro Gordo, Antioquia, el 28 de noviembre trasladando al equipo de fútbol brasileño Chapecoense.
Aerocivil, dependiente del Ministerio de Transporte de Colombia, reportó irregularidades en controles aeroportuarios en Bolivia que permitieron al avión CP-2933 despegar pese a las anomalías en el plan de vuelo.
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71 personas fallecieron en el vuelo de la aerolínea privada Lamia, entre ellas la mayoría de los futbolistas del Chapecoense que se trasladaba a la ciudad de Medellín para jugar la final de la Copa Sudamericana.
Las autoridades colombianas precisaron que los resultados preliminares de su investigación no establecen culpables ni responsables de la tragedia y que las conclusiones finales serán dadas a conocer en abril de 2017.
La principal causa
Aerocivil confirmó que el principal motivo del accidente fue que el avión se quedó sin combustible.
Según el secretario de Seguridad Aérea de Aerocivil, coronel Fredy Bonilla, las grabaciones de la cabina de mando del avión boliviano muestran que el piloto y el copiloto conversaron sobre la posibilidad de hacer una escala en Leticia (Colombia) o en Bogotá «porque se encontraba en el límite de combustible», pero finalmente no lo hicieron.
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«Ellos estaban conscientes de que el combustible que tenían no era el adecuado ni era suficiente«, afirmó el funcionario.
Bonilla añadió que, durante el vuelo, el piloto Miguel Quiroga «decide ingresar a Bogotá pero más adelante cambia la decisión y se va directo hasta Rionegro», donde está el aeropuerto José María Córdova de Medellín.
La mayoría de las grabaciones de audio presentadas hoy en Bogotá fueron extraídas de las cajas negras que fueron examinadas en Londres por los fabricantes del avión, un RJ85.
Bonilla señaló que «todo está basado en evidencias».
En su página web, Aerocivil señaló que en esta etapa de la investigación participó un equipo de 23 especialistas de Colombia, Brasil, Bolivia, Reino Unido y Estados Unidos.
Según la investigación, en el plan de vuelo presentado por el piloto en el aeropuerto de Santa Cruz, Bolivia, la autonomía de la aeronave era de cuatro horas y 22 minutos, exactamente igual al tiempo de vuelo.
«Debía tener una hora y 30 minutos más (de combustible) que el tiempo de vuelo en forma estándar en cuanto a su autonomía de vuelo», dijo Bonilla.
El avión debía tener además un segundo aeropuerto alterno en su plan de vuelo pero solo registró el de Bogotá, según la investigación.
Sobrepeso
La investigación de Aerocivil señala, además, que el avión llevaba un peso mayor al permitido y volaba a una altitud para la cual no estaba autorizado.
«La aeronave contenía un peso superior al permitido por manuales, lo cual es otro hallazgo que encontramos dentro de la investigación del despacho de la aeronave», manifestó el funcionario de Aerocivil.
Según el informe, «el peso real del despegue era de 42.148 kilos, significa que estaba sobre su peso máximo de 41.800 kilos».
Bonilla indicó que el avión «despegó con 500 kilos más» sobre su peso máximo permitido.
Sin embargo, la autoridad aclaró que ese hallazgo «no es unfactor prioritario para el accidente como tal».
Altura de vuelo e irregularidades en controles
Otra irregularidad encontrada por Aerocivil fue que el avión supuestamente no estaba certificado para volar por encima de 29.000 pies y en el plan de vuelo presentado a la Administración de Aeropuertos y Servicios Auxiliares a la Navegación Aérea de Bolivia (AASANA) se anotó que lo haría a 30.000 pies.
«AASANA aprobó el plan de vuelo presentado a una altitud de 30.000 pies lo cual no era correcto«, añadió Bonilla.
El viaje con la delegación del Chapecoense no fue el primer vuelo que el avión de Lamia hizo a Colombia, ya que lo había hecho en otras ocasiones en las que autorizaron su plan de vuelo porque incluía paradas en el municipio boliviano de Cobija (norte) para repostar combustible.
«Sin embargo, dentro de la investigación establecimos que dicha aeronave no aterrizó en Cobija tampoco. Esto fue permitido por las autoridades de control del tráfico de Bolivia», agregó Bonilla.
La semana anterior, el ministerio de Obras Públicas de Bolivia, Milton Claros, responsabilizó al piloto fallecido Miguel Quiroga y a la aerolínea Lamia por el accidente.
«La conclusión es contundente, la responsabilidad directa de toda esta eventualidad recae sobre el piloto y sobre la empresa«, dijo la autoridad boliviana.
El gobierno de Bolivia también responsabiliza a personal de AASANA por no haber observado el plan de vuelo a tiempo.
Por lo sucedido, el exgerente general de Lamia Gustavo Vargas se encuentra detenido en Bolivia.
El ministro Claros hizo notar que la investigación del gobierno de Bolivia está al margen de la que llevan los fiscales de Bolivia, Brasil y Colombia.
Aerocivil señaló que AASANA de Bolivia no dispuso ni suministró la información solicitada por sus investigadores.