El año 2000 fue convulsionado en Perú… tras una cuestionada segunda reelección y severas acusaciones de corrupción, Alberto Fujimori renunció por fax en noviembre, se generó una crisis política, un gobierno de transición y el llamado a elecciones para 2001, que ganó Alejandro Toledo. ¿Cuáles son las razones para que se repita las escenas del 2000 después de dos décadas?
-La larga sombra de Odebrecht. El origen de la actual crisis peruana está en el desprestigio de la clase política manchada por la corrupción y, especialmente, por el escándalo de los sobornos pagados por la constructora brasileña Odebrecht, donde 4 ex Presidentes han sido acusados y donde uno de ellos, Alan García, se suicidó poco antes de ser detenido. La salida del Presidente Pedro Pablo Kuzynski en 2018 por este caso puso fin a 17 años de mandatos presidenciales ininterrumpidos en Perú y pavimentó el camino a la actual crisis institucional. La llegada al poder del casi desconocido vicepresidente Martín Vizcarra frente a un Congreso beligerante abrió entonces una gran interrogante.
-Decisión precipitada. El analista político peruano y columnista del diario El Comercio, Pedro Tenorio, apunta a Ex-Ante que la destitución de Martín Vizcarra fue muy “precipitada” y que si el Congreso hubiera avanzado con la investigación contra el mandatario por casos de corrupción cuando era gobernador de Moquegua, podría haberle dado legitimidad a la vacancia. Al ser precipitada, la población la percibió “como un abuso” del Legislativo, según Tenorio. A ello se agrega el hecho de que Vizcarra ha sido el Presidente más popular de las últimas décadas en Perú, precisamente por convertir a la lucha contra la corrupción en su caballo de batalla. De acuerdo con un sondeo del Instituto de Estudios Peruanos, el 90% de la ciudadanía prefería que Vizcarra terminara su mandato.
-Congreso disgregado y partidos sin cohesión. Una de las grandes críticas a Vizcarra es que no presentó una lista propia para el Congreso en las elecciones de enero, convocadas por él mismo tras disolver el Parlamento anterior, pensando en que el apoyo popular era suficiente. El resultado de esos comicios provocó un Congreso con 9 movimientos políticos sin conexión entre ellos, muchos de ellos basados en el caudillismo y donde ninguno llegó al 11% de los votos. Tenorio señala a Ex-Ante que este “es un Congreso donde manda el clientelismo y con congresistas que, al no tener la posibilidad de reelección, sólo pretenden ganar poder”. “Ni siquiera hay cohesión interna dentro de estos partidos ni proyección para llegar al poder en las próximas elecciones”, agrega.
-Incertidumbre y elecciones. Tenorio apunta a que ahora el poder está distribuido entre “una mayoría de populistas en el Congreso” y “una importante cuota de conservadores” en el Palacio Pizarro, en referencia al gabinete formado por el nuevo mandatario Manuel Merino, con muchas figuras ligadas a la centro-derecha tradicional del país. Será clave entonces para Merino y su Presidente del Consejo de Ministros (el segundo puesto con más poder en Perú) Ántero Flores-Araoz no tomar decisiones que provoquen un aumento de las manifestaciones. El escenario electoral no ayuda en nada a paliar la crisis: los 5 candidatos que lideran las encuestas no suman 40% entre todos ellos y muchos de ellos no tienen aparato político. Aventurarse a apostar por el próximo Presidente o Presidenta en Perú es muy difícil en noviembre, cuando tradicionalmente en ese país el escenario electoral recién se empieza a definir en febrero o marzo…. Que lo digan Alberto Fujimori o Alejandro Toledo que en 1990 y 2000, respectivamente, casi no figuraban en las encuestas 3 meses antes
Fuente ante-ex.cl