La Agencia de Calidad de la Educación dio a conocer los resultados del Estudio Internacional de Lectura PIRLS, donde por primera vez, Chile obtiene resultados cercanos al promedio internacional y un alto porcentaje de estudiantes logran los niveles esperados en lectura.
El Secretario Ejecutivo de la Agencia de Calidad de la Educación, Carlos Henríquez, dio a conocer hoy los resultados del Estudio Internacional de Progreso en Competencia Lectora (PIRLS), el que busca mejorar la enseñanza y la adquisición de habilidades de comprensión lectora en los países participantes. Esta es la primera participación de Chile en este estudio, el que se aplicó en 2015, en 50 países y 9 ciudades.
En esta primera evaluación, Chile obtiene los mejores resultados (494 puntos) después de dos décadas de participar en estudios internacionales. Los estudiantes de Chile están a solo 6 puntos del promedio de la escala de la prueba (500 puntos) y cerca del promedio de los países participantes (511 puntos).
“Estamos muy contentos porque estamos avanzando. El 25 % de nuestros estudiantes están en los niveles de desempeño alto (22 %) y avanzado (3 %) y el 60 % de los estudiantes logran resultados satisfactorios en estándares de desempeño internacionales”, afirmó Henríquez, agregando que “Y lo más importante es que entre ellos hay estudiantes de todos los grupos socioeconómicos”, concluyó.
El Secretario Ejecutivo destacó que “los estudiantes de Chile demuestran una mayor capacidad para comprender textos literarios que informativos, alcanzando por primera vez el promedio de la escala de un estudio internacional”.
Por otra parte, si bien sigue existiendo una brecha de género, donde las mujeres obtienen mejores resultados que los hombres (+14 puntos), esta es menor que el promedio internacional, ubicándonos junto a países como Dinamarca, Inglaterra y Suecia.
Principales resultados
En PIRLS Chile alcanza un promedio de 494 puntos, resultado superior al otro sistema educativo de la región que participa, Ciudad de Buenos Aires (480), y similar a los resultados de Bélgica y Georgia.
En cuanto a los tipos de textos evaluados (literarios e informativos), los estudiantes de Chile obtienen una adecuada comprensión de los textos literarios, alcanzando justo el promedio global de la escala internacional (500). Es la primera vez que nuestros estudiantes logran este resultado en algún estudio internacional. A pesar de ello, están 10 puntos bajo el promedio de los países participantes. En cuanto a las habilidades informativas, obtienen 485 puntos, por debajo del promedio de la escala internacional, lo que es concordante con resultados de otras pruebas de aprendizajes.
En los resultados por habilidades lectoras, nuestros estudiantes se acercan al promedio de la escala internacional (496 puntos) cuando seleccionan información del texto y realizan inferencias directas, y lo mismo ocurre cuando interpretan y evalúan un texto (491 puntos).
Sobre los niveles de desempeño, 4 de cada 10 estudiantes de 4º básico presentan importantes desafíos en su comprensión lectora, quedando en los niveles bajo (28 %) y fuera del nivel bajo (13%).
Aunque existen en los niveles altos de desempeño alumnos de todos los grupos socioeconómicos, la brecha aún es profunda y favorable a los grupos más acomodados (+95 puntos). Sin embargo, esta brecha está muy por debajo del promedio internacional (132 puntos, con una diferencia de 87 puntos), quedando Chile junto a países como España, Polonia o Bélgica.
En ese sentido, uno de los importantes desafíos que tenemos como país es que cerca del 20 % de los estudiantes de los grupos más vulnerables no alcanzan ni siquiera el nivel bajo de resultados, situación que en los grupos más acomodados no supera el 2%.
Por otra parte, en equidad de género, las niñas obtienen mejores resultados que los niños (+14 puntos), al igual que en la gran mayoría de los países evaluados, y esta diferencia es menor a la brecha promedio de los países participantes (19 puntos).
La importancia del ejemplo
PIRLS también evalúa cuáles son los elementos que fomentan la comprensión lectora de los estudiantes, y uno de ellos es el gusto por la lectura de los padres.
En ese sentido, en Chile los padres demuestran menos afinidad hacia la lectura que el promedio internacional. Solo 1 de cada 5 padres (27%) reporta que le gusta mucho la lectura, mientras que el promedio de los países participantes alcanza a 1 de cada 3.
“Acá tenemos un tremendo desafío. Diversos estudios nos demuestran que el ejemplo de padres lectores es muy relevante para el gusto por la lectura, y esta prueba nos dice que más de un cuarto de los padres reporta que no les gusta leer”, dijo el Secretario Ejecutivo de la Agencia de Calidad.
Agregó que “leer es un hábito que se educa y que se traspasa en el ejemplo. El hábito se forma desde que les leemos a nuestros hijos e hijas hasta que nos vean leer. El rol de las familias es fundamental, la ausencia de una práctica familiar en torno a la lectura hace mucho más compleja la creación del hábito en los estudiantes”.
De hecho este mismo estudio demuestra que el 75 % de los estudiantes cuyos padres son buenos lectores, disfrutan leyendo; y que el 42 % de los niños y niñas cuyos padres dicen que no leen habitualmente, encuentran que leer es aburrido.
Sin embargo, una buena noticia es que un alto porcentaje de nuestros estudiantes de 4° básico reporta actitudes positivas hacia la lectura, aunque por debajo del promedio internacional. Así, el 81 % afirma que “le gusta los temas que lee en el colegio”, el 82 % que el profesor les da “cosas interesantes para leer”, el 71 % declara que “disfruta leer” y el 85 % que “aprendo mucho leyendo”.
Carlos Henríquez destacó que entre los desafíos que tenemos como país para seguir avanzando, está el continuar con la generación de bibliotecas amigables y con gran variedad de libros para los diferentes intereses de nuestros estudiantes, priorizar el rol docente como mediadores de lecturas desafiantes y atractivas, y también avanzar en el propósito informativo de la lectura, que presenta mayores debilidades en relación al propósito literario, fomentando la lectura de textos del estilo.
Y finalmente, lo clave: “potenciar los hábitos lectores entre padres y apoderados, fomentando la socialización temprana de la lectura hacia sus hijos”, recalcó.