Hoy al presenciar la ira y la indignación de las víctimas de Neismy Toledo, gente humilde, gente que los pocos pesos que le entregaron a esta mujer que les vendió un sueño y que les dolió perder cada uno de ellos, recordé el bullado caso de Rafael Garay.
Por qué?, porque Rafael Garay estafó a unos pocos, incluso conocidas figuras de la televisión, por muchos millones de pesos, lo que implicó que el hombre fuese perseguido por todo el mundo y extraditado a Chile para ser juzgado en tribunales y públicamente debido a esta estafa piramidal.
Transeúntes tirando monedas, un show mediático que implicó cadena nacional en los matinales y noticiarios en nuestro país, todo para cubrir el juicio de este hombre que estafó a unos pocos por mucho.
En cambio el caso de Neismy Toledo, no lo he visto en medios nacionales, vagamente en noticiarios On Line -con excepción de los locales- , y para qué decir de los matinales. Nada.
Estamos en presencia de una mujer que con su marido jugaron con la ilusión de muchas familias de por fin tener su casa propia, que le entregaron los ahorros de su vida, que juntaron con el sudor de su frente, todo con tal de poder recibir su preciada casa y qué recibieron a cambio?, Un fallo de un par de años de encierro y una multa que por lo demás no cubre siquiera la mitad de lo que se les entregó.
Entonces de qué hablamos?, justicia? no sé es un tema que da para discutirlo y plantearlo abiertamente, y preguntarnos… estamos en igualdad de derechos? hay ciudadanos de primera y segunda clase ante la justicia y para los medios de comunicación?, al parecer las pruebas dirían que sí, juzgue usted.